Atribuido a Diego Márquez, siglo XVIII. El Cristo de las Penas es titular de la Hermandad de San Pedro erigida en la Iglesia de la Asunción. La talla fue donada al templo carmelitano por el presbítero Rodrigo de Melgar. Algunos autores la vinculan a talleres antequeranos, dentro de la órbita de Diego Márquez, y otros la relacionan con la escuela sevillana. Representa a Cristo tras la flagelación, ya coronado de espinas, con la caña a modo de cetro y las ligaduras pendiendo del cuello. El torso muestra una dramática laceración. La escultura presenta una cuidada anatomía y una expresión facial de dolor contenido y sosiego redentor ante el escarnio. Es posiblemente de las mejores tallas pasionistas de Estepa. (A Pepe Romero con especial afecto).
viernes, 8 de marzo de 2019
SANTO CRISTO DE LAS PENAS (I. CARMEN, ESTEPA).
SANTO CRISTO DE LAS PENAS (I. CARMEN, ESTEPA).
Atribuido a Diego Márquez, siglo XVIII. El Cristo de las Penas es titular de la Hermandad de San Pedro erigida en la Iglesia de la Asunción. La talla fue donada al templo carmelitano por el presbítero Rodrigo de Melgar. Algunos autores la vinculan a talleres antequeranos, dentro de la órbita de Diego Márquez, y otros la relacionan con la escuela sevillana. Representa a Cristo tras la flagelación, ya coronado de espinas, con la caña a modo de cetro y las ligaduras pendiendo del cuello. El torso muestra una dramática laceración. La escultura presenta una cuidada anatomía y una expresión facial de dolor contenido y sosiego redentor ante el escarnio. Es posiblemente de las mejores tallas pasionistas de Estepa. (A Pepe Romero con especial afecto).
Atribuido a Diego Márquez, siglo XVIII. El Cristo de las Penas es titular de la Hermandad de San Pedro erigida en la Iglesia de la Asunción. La talla fue donada al templo carmelitano por el presbítero Rodrigo de Melgar. Algunos autores la vinculan a talleres antequeranos, dentro de la órbita de Diego Márquez, y otros la relacionan con la escuela sevillana. Representa a Cristo tras la flagelación, ya coronado de espinas, con la caña a modo de cetro y las ligaduras pendiendo del cuello. El torso muestra una dramática laceración. La escultura presenta una cuidada anatomía y una expresión facial de dolor contenido y sosiego redentor ante el escarnio. Es posiblemente de las mejores tallas pasionistas de Estepa. (A Pepe Romero con especial afecto).
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