Según la profesora Pilar Flores Guerrero la ostipense Ermita de Santa Ana, del popular barrio de la Coracha, se construyó en época santiaguista y tenía “el cuerpo cubierto con madera tosca de pino y caña junta, la capilla, en cambio, era abovedada”, el altar mayor estaba formado por tres gradas. También nos indica esta catedrática que “en la segunda mitad del siglo XVI los visitadores (santiaguistas) mandaron alargarla, y en 1576 se empezaron las obras para hacer realidad dicho mandato”. El presbiterio, la sacristía y el camarín se cubren con bóveda de arista, elemento arcaizante.
En unas reparaciones en la sacristía de dicha ermita se ha recuperado y restaurado una interesante ménsula de estilo gótico-tardío (siglos XV-XVI) poniéndola en valor como testimonio de la primitiva ermita. Esta repisa pétrea pudo ser uno de los elementos sustentantes de la antigua cubierta de madera de la nave.
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