lunes, 9 de julio de 2012

FRAY MATÍAS RUIZ BLANCO, FRANCISCANO ESTEPEÑO EN VENEZUELA.


FRAY MATÍAS RUIZ BLANCOFray Matías fue un destacado franciscano en Venezuela, reconocido como misionero, historiador y lingüista. Fue autor de la historiografía venezolana titulada la Conversión del Píritu en 1690 de indudable valor etnográfico, histórico y sobre todo lingüístico. Ruiz Blanco nació en Estepa en 1643, siendo muy joven vistió el hábito franciscano quizás en el estepeño convento de Gracia. En 1666 con solo 23 años fue profesor de Filosofía en el cenobio sevillano del Valle. Pasó a las misiones del Píritu en 1672 en la tercera expedición franciscana, llego a tierras americanas como nuevo lector de Filosofía y Teología. Continuó su labor docente hasta principios de 1675, siendo entonces destinado a la conversión de los indios Characuares del Tucupío de Güere donde fundó el asentamiento de San Juan Bautista del Tucupío. Luego evangelizó a los indios Topocuares, Cumanagotos y Palenques. Tres veces fue elegido superior de las misiones de Píritu. Fue también lector en Teología, examinador del Obispado de Puerto Rico y comisario provincial. Al parecer murió al final de su tercera y última prelacía[1] hacia 1708.


[1] Una introducción a la Venezuela prehispánica: culturas de las ... - Resultado de la Búsqueda de libros de Google. Fernando Arellano - 1987 - History - 881 páginas. Ruiz Blanco nació en la villa de Estepa (Sevilla) el año 1643; ... Vida ejemplar del R. y VP Fr. Matías Ruiz Blanco", en su Historia de la Nueva Andalucía, ...books.google.es/books?isbn=980244006X...

1 comentario:

  1. Murió en el año de 1708 martirizado por los indios caribes. Cita Fray Antonio Caulín lo siguiente:

    «Hecha esta diligencia, acometieron con algazara a la Iglesia, en la qual estaban los Religiosos como Corderos que en breve habian de ser sacrificados. Precedían aquella chusma de Indios dos Capitanejos, llamados: Mapiruu, y Amoco, que por mas atrevidos los hicieron executores de su iniqua sentencia.

    Las espaldas, le atravesaron el pecho con una mortal puñalada, y, al mismo tiempo le dieron tan fiero macanázo, que le dividió la cabeza en dos partes, con cuyas heridas espiró a vista de su amado compañero. Acometieron despues a éste con la misma fiereza dandole dos crueles macanázos; y fue caso portentoso, que con la primera que le rompió el casco hasta las cejas, se mantubo en pie predicando a los que le mataban; y considerandose ya mortalmente herido, rogó con toda humildad a los matadores, que lo dexasen morir a espacio».

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