domingo, 11 de enero de 2009

Atribuciones de imaginería religiosa en Estepa: Siglo XVIII.


   ATRIBUCIONES DE IMAGINERÍA RELIGIOSA ESTEPEÑA EN EL SIGLO XVIII.

Siglo XVIII.
        Con el imaginero Diego Roldán Serrallonga (1693?-1760) se relacionan la Virgen del Valle titular de la hermandad de los Estudiantes en la Iglesia de San Sebastián, y la imagen de María Magdalena perteneciente a la hermandad del Calvario y ubicada en la iglesia conventual franciscana.
La magnífica producción escultórica ostipense del imaginero vallisoletano Luis Salvador Carmona (1708-1767) es conocida, pero venimos a vincular con el escultor cortesano y su taller otras imágenes devocionales como la talla del Dulce Nombre de Jesús titular de la hermandad del “Niño Perdío”, la Inmaculada Concepción perteneciente a la archicofradía de Paz y Caridad, ambas veneradas en la Iglesia de los Remedios, y el busto de la Virgen de los Dolores de la clausura del Convento de Santa Clara. También se podrían vincular con talleres granadinos y sobre todo antequeranos.
La Virgen de los Dolores de la cofradía de San Pedro se venera en la capilla del mismo nombre en la Iglesia de la Asunción es una obra de candelero de la segunda mitad del siglo XVIII pero influida por Francisco Berlanga de Ávila.
Al citado imaginero antequerano Diego José Márquez y Vega (1724-1791) se vinculan documentalmente el Cristo de la Humildad y Paciencia (1772) de la Iglesia de los Remedios, la Virgen del Mayor Dolor (1787) de la Iglesia del Carmen, la Virgen del Rosario (hacia 1782) de la Iglesia de San Sebastián, los medallones de la vida de la Virgen (hacia 1762) y las esculturas (1777) del camarín de la Iglesia de los Remedios, y la Virgen de las Angustias de la Ermita de Santa Ana, aunque esta Piedad también se relaciona con la estética de José de Medina (1709-1783). 
Entre las numerosas obras devocionales que podemos atribuir al prolífico Diego Márquez destacan el Cristo del Amor de la hermandad de los Estudiantes custodiada en la Iglesia de San Sebastián, el Cristo de la Sangre y el conjunto del Calvario al que pertenece en la Iglesia del Carmen, y el singular Cristo de las Penas titular de la hermandad de San Pedro pero venerado en el citado templo carmelitano.
Otras interesantes esculturas religiosas que asociamos con la producción del antequerano Diego Márquez son la imagen de San Blas, el grupo de la Santísima Trinidad, el beato Gaspar Bono, el Cristo del Altar, la imaginería del retablo de la capilla de los Estudiantes, las tallas de San Pedro y San Pablo del retablo mayor, y los ángeles lampadarios de la capilla de Jesús Nazareno y del presbiterio, todas ellas pertenecientes a la Iglesia de San Sebastián. En la Iglesia de la Asunción se relacionan con el antequerano la imaginería del retablo de San Pedro junto con los ángeles de la capilla, y el Niño pasionario. La iglesia conventual franciscana conserva un tríptico de la Piedad y los medallones de la sillería de coro, así como la imaginería de los retablos de San Antonio y San Francisco de Asís. En la iglesia conventual de las Hermanas de la Cruz le atribuimos a Márquez los ángeles lampadarios. Y las imágenes de San Miguel y San Antonio de las iglesias del Carmen (tabernáculos), la Asunción y los Remedios. En la sacristía de este último templo también encontramos un crucificado del antequerano.











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