El licenciado D. Gonzalo Fernández de las Cuevas testó ante el escribano público Juan López de Castilla el 17 de marzo de 1636, este mismo día el testador firmo un codicilo ante el escribano Martín de las Cuevas y otro al día siguiente de nuevo ante Juan López de Castilla. Entre otras disposiciones dicho testamento indicaba que ha sido nuestra voluntad fundar un colegio de la Compañía de Jesús. La disposición última de D. Gonzalo y de su esposa, Dña. María de Arteaga y Céspedes, al no poseer descendencia era la fundación de un colegio de la Compañía de Jesús para cuyo sostenimiento donaron la totalidad de sus bienes patrimoniales. Si los padres de la congregación ignaciana aceptaban la fundación y dirección del colegio bajo su amparo debían enseñar lectura, escritura, retórica, latinidad y latín. Indica el protocolo notarial que la fábrica del colegio se haga en la parte más cómoda de esta villa y que para su edificación y mantenimiento los dichos padres de la Compañía de Jesús administren los dichos bienes. Se constituirá de esta forma la congregación ignaciana como el heredero universal de un patronato cuya responsabilidad será la práctica docente y la gestión administrativa de la fundación.
El escribano público recoge que el 14 de agosto de 1643 que el padre Pedro Delgado es procurador del colegio de la Compañía de Jesús de la villa de Estepa, con lo que la congregación ignaciana disfrutaba ya de la herencia legada siendo administrada por el citado religioso jesuita. Una solicitud afirmaba que Dña. María de Céspedes y Arteaga tenía fundado un colegio de la Compañía en la dicha villa de Estepa con religiosos a modo de hospicio, donde residía de ordinario el dicho padre Pedro Delgado procurador del colegio de Estepa. Según la documentación en torno a estas fechas el colegio denominado de la Santísima Trinidad se había fundado, estando a su cargo una pequeña comunidad de religiosos jesuitas con el padre Pedro Delgado como procurador. Podríamos afirmar, por lo tanto, a la luz de los documentos que la Compañía de Jesús se estableció en la localidad sevillana de Estepa en el transcurso de la primera mitad del siglo XVII, ya que de ordinario residían en ella el padre Pedro Delgado y otros religiosos.
Finalmente las presiones y artimañas del marqués de Estepa inclinarán la balanza del pleito y la sentencia a su favor consiguiendo anular la vinculación de la congregación ignaciana estepeña con el colegio fundado y “expulsando” a la Compañía de Jesús de la villa ostipense. El aristócrata estepeño pasaría a ser el único patrono y administrador de tan codiciada herencia. Conseguía así el destino relegar a la memoria histórica de nuestra conciencia la efímera presencia de un recuerdo perpetuo e indeleble del que aún somos deudores.
El pleito conservado en el Archivo Histórico Nacional se titula: Colegio de Estepa, sobre la fundación de un colegio de los Jesuitas en dicha villa; a la cual se opuso el Marqués de Estepa, Años 1639 a 1653. Recoge dicha documentación el intento por parte de la Compañía de preservar su legítimo derecho sobre los bienes legados y frenar las pretensiones del aristócrata por controlar la fundación del colegio, contraviniendo la disposición testamentaria de D. Gonzalo Fernández de las Cuevas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario